Los inicios de la Fe Bahá’í en Costa Rica

La primera vez que el nombre de Bahá’u’lláh fue pronunciado en Occidente, fue en un documento leído ante el Parlamento Mundial de la Religiones, realizado en Chicago en 1893.

Desde ese momento se han venido difundiendo las enseñanzas y principios bahá’ís en Norteamérica. La Fe Bahá’í en Costa Rica inicia cuando ‘Abdu’l-Bahá (hijo y sucesor del fundador de la Fe Bahá’í) menciona al país como uno de los lugares a donde se debe de llevar las enseñanzas en 1919.

En marzo de 1940 Gayle Woolson proveniente de los Estados Unidos es la primera bahá’í que se traslada de manera permanente para cumplir con este propósito y unos meses después se le une Amalia Ford.

Ellas encontraron oídos atentos y corazones simpatizantes, ya para el mes de agosto cuatro personas aceptan el mensaje de Bahá’u’lláh.

En marzo de 1941 había 10 bahá’ís en San José y pudieron elegir la primera Asamblea Espiritual Local en San José en abril de 1941 y en noviembre se establece un grupo de estudios en Puntarenas.

La primera Asamblea Espiritual Nacional fue electa en 1961. Desde entonces todos los años se elige a los miembros de esta institución nacional como a las locales, mediante un sistema electoral propio, democrático y sin postulaciones.


Desde sus inicios la Fe Bahá’í ha continuado su expansión ininterrumpidamente, contando con unos 4,000 miembros en unas 30 localidades de todas las provincias del país. Cabe destacar el desarrollo dentro de las comunidades indígenas, en especial dentro de los pueblos bribri, cabécar y guaymí.

En todo lugar donde residen los bahá’ís se promueven programas para la educación espiritual de los niños, el empoderamiento de los pre-jóvenes y la capacitación de jóvenes y adultos para contribuir al progreso de sus comunidades. También cuentan con programas de desarrollo social y económico, entre los cuales se encuentran el programa Preparación para la Acción Social, PAS en Telire de Talamanca.

Este programa se enfoca que una población de 2,500 personas y es el resultado de un equipo local indígena en atender las necesidades de su comunidad. Este programa ha centrado sus esfuerzos en crear un ambiente donde el desarrollo físico, intelectual y espiritual de los niños y jóvenes pueda ser logrado de manera integral y en donde el desarrollo de capacidades se enfoca hacia la acción social.

Como muchas personas en Costa Rica, los bahá’ís tienen la certeza de que es el poder de la unidad y el servicio desinteresado a los demás, lo que traerá la anhelada paz y el bienestar al país y al mundo.