Clases de niños

«!Oh Amigo! En el jardín de tu corazón no plantes sino la rosa del amor».

Bahá’u’lláh

Desde sus albores, la educación espiritual de los niños ha estado en el corazón de las actividades de las comunidades bahá’ís, constituyendo un aspecto fuerte del proceso en la construcción de la capacidad de las personas y las comunidades para atender las necesidades espirituales y materiales de los niños.

Actualmente los bahá’ís se acercan con confianza a la sociedad en general y ofrecen clases a niños de todos los orígenes en los pueblos y las ciudades de las agrupaciones.

En nuestro país, actualmente—de acuerdo con las posibilidades que permite la pandemia—se mantienen clases para los niños en diferentes localidades, desde las montañas de Cartago, Alajuela, San José, Desamparados, Alajuelita, Vásquez de Coronado, pasando por la Costa Caribe, los poblados de Talamanca, Corredores y la península de Nicoya.

En las Escrituras Sagradas, la acción de adorar a Dios no es un acto únicamente personal, por lo que el maestro sabe que la oportunidad de ayudar a los niños es una labor sagrada.

Las clases de niños son clases sencillas en las que se memoriza oraciones y citas de los Escritos Sagrados bahá’ís, se escucha historias, se canta y juega. Aunque las clases tienen una estructura simple, su propósito es el desarrollo espiritual de los niños.

Las clases buscan ayudar a los niños a desarrollar virtudes como la veracidad, la justicia, el amor, el perdón, la confiabilidad, la integridad, entre otras. Además, buscan ayudarlos a cultivar las capacidades de la mente humana, los poderes para describir el mundo de la naturaleza, producir bellas obras de arte y expresar pensamientos nobles y hermosos.

«Bendito es el maestro que se levanta a enseñar a los niños».

Bahá’u’lláh

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