Barrio Escalante es un poblado situado en el corazón de la región de Talamanca con una población aproximada de 400 personas entre adultos, niños y jóvenes, quienes efectúan una variedad de actividades productivas, entre la que destaca la agricultura.
El clima que comparten todos es lluvioso y cálido, como cálida es la vida que se está gestando allí, resultado de la obediencia de los seguidores de Bahá’ú’lláh, al poner en práctica la guía establecida en un marco de acción, para la construcción de comunidades vibrantes.
Desde hace varios años, la Fe bahá’í se expande y consolida mediante “planes” delineados por la Casa Universal de Justicia—órgano administrativo supremo de la Fe—a través de un proceso de acción sistemática y de naturaleza fundamentalmente orgánica, que permite el desarrollo de destrezas de miles y miles de personas alrededor del mundo, y que se nutre de acción, reflexión y consulta, para movilizarlos hacia el servicio.
Los amigos de Barrio Escalante merecen nuestra mención especial por haber logrado su entendimiento de ese proceso, que en los últimos años han ejercido en sus esfuerzos, para infundir en su comunidad el espíritu de la Revelación de Bahá’u’lláh.
Ahora, después de los años transcurridos desde que la Fe llegó a la región, allá por los años 80, los amigos entrevistados nos contaron cómo antes las actividades de la comunidad se establecían, pero no se sostenían en el tiempo. Al principio, les llegaban muchas cartas de la Casa Universal de Justicia; sin embargo, pocos las leían y menos las ponían en práctica. Poco a poco, con el apoyo de jóvenes comprometidos con la visión y capacitados en el sendero del servicio, fueron logrando realizar el proceso de acción, reflexión y consulta y así, las cosas comenzaron a cambiar
Actualmente, en la fiesta mensual1 ordenada en las Escrituras Sagradas participan alrededor de 50 personas y el ambiente que comparten es de alegría espiritual, y gozan muchísimo, porque se siente el resultado de un esfuerzo colectivo realizado en unidad, al que todos asisten con mucha motivación.
“Así—continúan contando los amigos—las cartas de la Casa Universal de Justicia son ahora el centro de la Consulta, y el proceso de capacitación ha permitido que contemos con más recursos disponibles para la realización de las “actividades básicas”2 : más maestros para impartir clases para niños en varios niveles de acuerdo a su edad; más reuniones devocionales (reuniones comunitarias de adoración a Dios donde se celebra Su alabanza); más animadores para ayudar a los pre jóvenes “a navegar por una etapa crucial de sus vidas”.
La eficacia de esos esfuerzos ha consolidado a quienes dan sus servicios y ahora podemos atender dos sectores: Barrio Escalante y Bratsi, logrando la consolidación y la expansión, los dos movimientos que permiten el crecimiento sostenible.”
Otra amiga nos cuenta que “todas las personas se ven contentas, con más afecto hacia sus vecinos, las familias unidas y preocupadas por la crianza de sus hijos y la formación de los jóvenes, y estos participan muchísimo más que antes en todas las actividades comunitarias y familiares”; y es que muchas de esas familias no son bahá’ís., las actividades están abiertas para todos los que quieran unirse.
Cuando se le preguntó a un participante talamanqueño sobre las actividades bahá’ís, contestó: “Me gusta venir y participar de la hospitalidad de los bahá’ís, aquí no me siento observado, todos me hacen sentir como parte de la comunidad, sin distinción alguna, todo es muy natural: ¡realmente estoy feliz!
La dinámica de crecimiento en Barrio Escalante ha alcanzado un hito, y esperamos que aporte mucho más a la construcción de una civilización en continúo progreso, objeto de la Revelación de Bahá’u’lláh.
Nota de redacción: En el momento de esta publicación, la comunidad de Barrio Escalante, al igual que todas las comunidades bahá’ís esparcidas en más de 100.000 localidades en casi cada país y territorio alrededor del mundo, están tratando de desarrollar su imaginación y creatividad, bajo la amorosa y esperanzadora guía de la Casa Universal de Justicia, para mantener la comunicación y reinventar las actividades de diversas maneras, y así vencer el aislamiento social al que ha sometido al mundo, la pandemia del COVID-19.
Publicado el 4 de julio de 2020
1 Fiesta de Diecinueve Días, llamada así porque se ha ordenado en el Libro de Leyes, celebrar una fiesta una vez al mes; el mes bahá’í tiene diecinueve días, y cuyo propósito es que: “Dios Se ha propuesto enlazar los corazones entre sí”.
2 Actividades básicas son aquellas definidas por la Casa Universal de Justicia que deben establecer las comunidades bahá’ís alrededor del mundo para toda la humanidad.