La construcción de comunidad en una región o agrupación puede dar inicio al formarse un núcleo de amigos que trabajan y consultan juntos y organizan unas actividades básicas en la comunidad. Este proceso avanza con el aumento en el número de personas que comparten este compromiso y que se ve reflejado en la acción.
Una condición fundamental para darle fuerza al proceso de construcción de comunidad es el desarrollo de los recursos humanos locales y esto se logra por medio un programa que desarrolla capacidades para el servicio y que se le conoce como el proceso de instituto.
Los amigos que han comenzado a estudiar los materiales del instituto y a la vez están invirtiendo sus energías organizando las actividades básicas de clases para niños, grupos de prejóvenes, reuniones para la adoración colectiva u otras actividades relacionadas, se ven apoyados para seguir adelante en la secuencia de los cursos, al mismo tiempo que sigue creciendo el número de aquellos que comienzan su estudio.
Manteniendo el flujo de participantes a lo largo de los cursos del instituto y hacia el campo de la acción, se amplía el conjunto de los que sostienen el proceso de crecimiento.